martes, 15 de noviembre de 2011

Pon un perro en tu vida

Se oye por ahí que una sociedad es más avanzada cuanto más amor demuestra a los animales. Yo añadiría que a los perros. No sé si era Woody Allen el que decía "Cuanto más conozco a los hombres más quiero a mi perro". Según paseas por las calles de cualquier ciudad española, notas enseguida esta caninofilía:  O tienes que ir esquivando las mierdas de los chuchos o simplemente no tropezar con los propios cánidos.
Entre los muy variados dueños de perros distingo seis tipos:
Señoras ancianas ataviadas con visones, zorros colgados del cuello y zapatos haciendo juego con el  bolso,ambos de piel de cocodrilo. ¡¡Son unas grandes amantes de los animales!!. Predominan por las zonas pijas de las capitales, añoran a Franco e impondrían, sin duda, la pena de muerte para todos aquellos que se les ocurriera abandonar a su perro en cualquier cuneta. Sus perros suelen ser chihuahuas con borlones de pelo blando/blanco rizado en las patas y cola.
Pueden ser nietas o bisnietas de ellas: las clones de Paris Hilton. Se acompañan con un bolso y sacando su cabecita de él,  un perrucho de kilo y cuarto. No sabría definir sus perros, parecen ratillas...(los perros).
Un tercer grupo lo forman esta etnia discriminada y que lucha por sus raíces, no aceptando -como es lógico- la integración, y por tanto su desaparición, como parte de la cultura occidental...y oriental:  gitanos. Habitualmente van en un BMW en marchas cortas. Corriendo en paralelo a ellos, los galgos. Los veo cerca de la playa y en zonas para entrenar a este animal tan elegante, interesante a la par que práctico. Lo suelen hacer en horas de asueto, después de una larga jornada laboral.
Próximo a este tercer grupo en cuanto a desarrollo cognitivo, nos encontramos con los amos de los perros llamados peligrosos. No sé si son más peligrosos los pitbull, doberman o cualquier clase de estos asesinos potenciales que sus dueños. Esculpidos en el gimnasio pasean o corren sin que nadie les tosa...ni que nadie ose toserles a ellos. Cuando conducen un vehículo (su tercer arma, la 1ª el perro) la civilización se detiene.
Lógicamente estos perros -me refiero a los de cuatro patas- no llevan bozal ni cuerda que les sujete. Los otros tampoco.
Hay un quinto grupo cada vez más numeroso: los niños mimados. Para no oírlos más , sus padres les suelen regalar perros por navidad o por su cumpleaños...o por aprobar cualquier curso de Primaria (que ya tiene mérito). Al cabo de un par de meses, los que tienen que cuidar al chucho en cuestión es el padre o madre del referido mimado.
Como es obvio hay muchos más tipos de dueños de perro, pero esto no es un trabajo enciclopédico, sino unas "reflexiones" que tratan el tema de forma irónica.
Por último algo que me llama mucho la atención: el vocabulario o la forma en la que se les habla a estos perros:
 "Ven con mamá"...este es genial ¡eh! ¿es hijadeperra?
 "Te tengo dicho que ahí no se hace caca"...mientras tanto en un carrito llevan a un "bebé" de 3 años con pañales...
"Venga, Boby, anda, trae la pelota"... Si eso lo hiciese tu mujer contigo no estaría mal...
"¡¡Es que es muy inteligente!! "  Hombre, no me extraña, ya habló Darwin de la evolución: los hijos deben superar a los padres.
Vuelvo al principio...esta sociedad española está ciertamente cada vez más avanzada: los perros están en todos los hogares. Que aceptemos o veamos normal la corrupción de los alcaldes o políticos en general es otro síntoma del avance de esta sociedad. ¡¡¡Esto marcha!!!

5 comentarios:

  1. Amigo Magán; a tu genial encíclica de los perros yo le anadiría un séptimo grupo canino; el de los perros "porculeros" propiedad de imbéciles e irresponsables. Si amigo, éstos son los perritos que suelen ladrar a las 3 de la tarde y a las 4, y a las 5......y a las 12 de la noche, y a las 3 de la mañana, y a las 6 de la mañana; ya para despertarte. No es que sean perros cabrones, lo parece pero no lo son. Los realmente cabrones son sus dueños, que los tienen abandonados y no los sacan un poco a la calle. Los perros "porculeros" terminan por cagarse y mearse en la terraza para poder compartir con los vecinos de los imbéciles e irresponsables de sus dueños el repugnante olor a mierda y orines. Ahora sí, ¡¡¡¡Esto marcha!!!!

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  2. Animo a gente políticamente incorrecta a seguir con este maravilloso "trabajo antropológico" que hemos iniciado a los perros y sus hijos.
    Podíamos seguir con insultos en torno al can: por ejemplo decir a alguien que es un perro (es muy vago), pero si ponemos un adjetivo..."perro judío" es que es muy malo...¿y perra?, ni es vaga ni es mala ¿no?.
    Venga, más ideas, sacad vuestra ironía y causticidad...

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  3. Cuando hablas de los cánidos, los tratas como entes aislados, a lo sumo acompañantes de una especie antes llamada homo loquens, hoy homo ipod. Es insesible por tu parte, no verlos como parte de una sociedad indisoluble formada por pocos pero selectos miembros: familia-todoterreno (marca porque yolovalgo)-primera residencia-segunda residencia.
    Sin esta visión totalitaria, no creo que se pueda hacer un análisis del importantisimo papel del cánido y por supuesto menos se puede ahondar en la incidencia que la marca del perro (antiguamente raza), tiene en esta sociedad, no nos engañemos hay perros Zara, DG y demás.
    Vamos a ser serios cuando escribimos de una cuestión tan relevante.

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  4. Rosa, te estaré vigilando eternamente a ver si algún día pones un can en tu vida.
    Otro tipo de perro es el flydog. No es el perro de una azafata de vuelo, ni siquiera de un piloto ni la perrita Laika, aquella que inmortalizó Mecano (que no la NASA)...los flydog o perros voladores son estos asquerosos chuchos que vuelan cuando les das una patada. Ya sé que no es políticamente correcto decir esto, pero ¿qué se le va a hacer?

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  5. Tranquilo, no pondré can en la mia vida, y al escribir en tu blog, me recuerdo a mi misma que tengo dos inventos de estos (dos blog), que durmieron el sueño de los injustos, mira si soy vaga.
    Oye aprovecho para desearte que hayas sobrevivido a la Navidad, yo por mi parte me fui a las Constantinoplas y las Capadoccias, al menos he sobrevivido dignamente.

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